La educación sexual es un derecho y no una cuestión de suerte

Entrevista a Raquel Hurtado

El pasado 8 de julio publicamos en nuestra web un artículo sobre los problemas de recurrir al porno como única fuente de «información» o «educación» sexual. Una de nuestras fuentes al respecto fue la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE) que nos proporcionó algunos materiales y recursos útiles, así como una entrevista con su coordinadora del área de Intervención Social y experta en educación sexual, Raquel Hurtado. Aunque añadimos algunas declaraciones importantes de la misma en el artículo, la entrevista nos pareció lo suficientemente interesante como para dedicarle más espacio y que pudiese publicarse completa…

Mi nombre es Raquel Hurtado. Soy la coordinadora del Área de intervención social de la Federación de Planificación Familiar Estatal; una entidad que trabaja para que todas las personas puedan tener una vivencia satisfactoria de su sexualidad y tomar decisiones autónomas en relación a ella. Para ello, desde el área que coordino realizamos diferentes actividades que están basadas en la prestación de atención, información y educación sexual.

P: ¿Qué piensa del anuncio de Nueva Zelanda del que se habla en el artículo?

R: Me parece un anuncio fantástico que se acerca tanto a las familias como a los/as hijos/as utilizando un recurso muy espectacular (los dos actores porno que llaman a la puerta) y que luego ofrece claves muy potentes para la prevención:

– Lo que aparece en el porno no es lo que ocurre en la vida real (y puede que el protagonista del anuncio no tenga las herramientas para diferenciar una cosa y otra).

– La reacción de la madre no parte del enfado ni del castigo. “Es el momento de tener una conversación sobre las diferencias entre lo que ves en internet y en la vida real. Sin juicios”. Ése es el acercamiento que todas las familias deberían tener al tema.

P: ¿Es importante tener una conversación sobre pornografía con los hijos? Sobre lo que es real y lo que no y temas que normalmente ahí no se identifican, como consenso, relaciones románticas, etc.

R: No se trata tanto de tener “LA CONVERSACIÓN” de forma puntual, sino de que este tema (igual que ocurre con otros) esté presente en la familia. Los/as niños/as y jóvenes necesitan contar con información fiable y la familia también puede ofrecérsela.

La diferencia entre lo que aparece en el porno y la vida real, la idea de que los cuerpos son diferentes, que la erótica no es un manual sino algo que parte del deseo o el consentimiento son temas de los que se puede hablar, siempre facilitando la reflexión de los/as hijos (¿tú qué piensas? / ¿no te parece que…?). No sólo el porno contribuye a crear estas ideas sobre la sexualidad, se pueden utilizar muchos ejemplos de lo cotidiano para educar a los/as hijos/as (series, videoclips, redes sociales y también el porno, por supuesto).

P: ¿Es algo que traspasa fronteras? ¿Los jóvenes se dirigen al porno para aprender sobre sexo y es en ocasiones su primer o único referente? ¿Qué consecuencias se derivan de ello?

R: Hoy en día, a nivel mundial, cada vez más jóvenes reciben información a través de internet. Pero el porno no tiene como objetivo la educación o la información, sino que está dirigido al consumo y presenta la erótica como si fuera un recetario de técnicas y modelos que no se basa en hechos reales o que incluye actitudes violentas.

La diferencia en el impacto que eso tiene entre unos/as jóvenes y otros/as no está tanto en el acceso al porno (algo que en estos momentos puede resultar incontrolable), sino en la capacidad para adelantarse a esos contenidos a través de la educación sexual. Esta ofrece los conocimientos para diferenciar entre el porno y la vida real, así como para tomar decisiones autónomas y realmente basada en los propios deseos y valores.

P: España es aún hoy uno de los pocos países europeos sin una educación sexual sólida integrada en el sistema educativo. ¿Es esto un problema? ¿Por qué es necesaria una educación sexual en los colegios y cuál sería el sistema y/o edad indicada para ello?

R: Efectivamente, la educación sexual en Europa es lo normal y en España se trata de una asignatura pendiente. No está incluida en el curriculum escolar y su realización es muy puntual y anecdótica en aquellos centros, municipios o comunidades autónomas en las que existe una especial sensibilidad.

La educación sexual en el aula es imprescindible porque facilita que niños/as y jóvenes vivan su sexualidad de forma positiva y sin riesgos. Proporciona información y herramientas para conocerse, aceptarse, cuidarse, cuidar a las personas con las que se relacionan, así como para tomar decisiones que les produzcan bienestar y salud y que les libre de la violencia, las desigualdades y los riesgos.

Como la sexualidad es una dimensión humana que nos acompaña desde el nacimiento, la educación sexual debe estar presente desde la primera infancia. Obviamente, adecuando los contenidos a cada etapa educativa.

P: ¿Qué papel desempeñan las familias en este tema?

R: Las familias tienen un rol insustituible y central en la educación sexual. Inculcan valores y actitudes y pueden, desde el primer momento, ofrecer afectos, hacer sentir a sus hijos/as que son dignos de ser queridos/as y respetados/as y nutrir su autoestima. Pueden responder a preguntas, ofrecer información y acompañar a sus hijos/as cuando surgen dificultades.

Además, tienen la posibilidad de hacerlo en un contexto informal, aprovechando los recursos cotidianos (las noticias, películas, series, canciones, etc.) para compartir sus valores, ofrecer información y fomentar la reflexión en sus hijos/as.

P: ¿Hay algún centro de investigación, encuestas o estadísticas español que sirva como «observatorio» en cuanto a las tendencias con respecto a la edad en que se ve porno, cuánto porno se ve en internet, etc.? 

R: Existen investigaciones concretas y específicas realizadas por investigadores/as individuales, universidades u organizaciones, pero no existe ningún recurso público dirigido a ofrecer información sobre el estado de este tema en nuestro país.

P: La existencia de publicaciones o medios que ofrezcan información o educación sexual en España es casi nula. ¿Es esto importante?

R: Los medios tienden a abordar la sexualidad de forma muy centrada en las relaciones sexuales y también en los datos anecdóticos (desde la postura de la semana hasta el pene más largo del mundo). En cierta medida, este enfoque también contribuye a ofrecer una visión estereotipada y reduccionista de la sexualidad, que nos ayuda a conocer determinados datos pero que, en ningún caso, sustituye a la educación sexual. El valor de la educación sexual no reside en que ofrece información, sino en que trabaja sobre las actitudes y herramientas que los/as jóvenes necesitan (por ejemplo, no es suficiente con saber poner un preservativo; el punto está en proponerlo, negociarlo, etc.)

P: ¿Cómo es el conocimiento de la sexualidad en España y en los jóvenes españoles? 

R: En el momento histórico de mayor nivel de información a través de internet, posiblemente los/as jóvenes (y también las personas adultas) conozcan muchas cosas relacionadas con la sexualidad. El problema es que, en la mayor parte de los casos, no cuentan con las herramientas para filtrar esa información que, además, es parcial, sesgada y no ofrece otros conocimientos y herramientas que permitan integrarla. Por ejemplo, en un aula es posible que la mayor parte de jóvenes conozcan el nombre de muchas prácticas que aparecen en el porno pero luego no saben que los genitales de las mujeres se llaman vulva.

Tener información sobre sexualidad no implica que ese conocimiento esté organizado o integrado ni que se tengan las herramientas para gestionarlo. Eso sólo se consigue a través de la educación sexual.

P: ¿Cuáles son las principales labores de la FPFE en España con lo referente a la educación sexual?

R: La FPFE presta servicios de atención a la salud sexual a través de centros específicos en los que se ofrece información, se resuelven consultas y se presta asesoramiento. También realizamos acciones de educación sexual, tanto en el aula como en otros espacios, dirigidas a jóvenes, familias y otros colectivos.

Realizamos campañas de sensibilización, formamos a profesionales y trabajamos para que los/as tomadores/as de decisiones cumplan con los compromisos nacionales e internacionales en relación a la salud y los derechos sexuales y reproductivos.

En concreto, en lo referente a la educación sexual formal, realizamos talleres en el aula dirigidos a jóvenes. También formamos y orientamos a familias y profesorado e incidimos en los gobiernos autonómicos y en el gobierno estatal para que la educación sexual esté presente en el curriculum.

P: ¿Hay alguna otra organización española que destaque en especial por su labor respecto al tema en nuestro país?

R: En nuestro país hay muchas entidades que se dedican a la educación sexual desde diferentes enfoques: organizaciones sexológicas, organizaciones relacionadas con la salud, organizaciones de intervención social, etc. Como la educación sexual no está recogida en la legislación educativa, no hay un consenso quién ha de realizarla ni sobre qué tipo de entidades y profesionales deben participar en el aula.

P: ¿Qué consejo le daría a padres por una parte, y jóvenes por otra, para tratar el tema de la sexualidad y del porno? ¿A dónde o quién pueden acudir (o qué páginas webs o recursos pueden mirar online), tantos unos como otros, para dudas sobre sexualidad?

R: El consejo para las familias es que es imprescindible adelantarse a esos contenidos, cuyo acceso no podemos controlar. Los/as jóvenes necesitan información y mirar hacia otro lado sólo redunda en que la que reciben no sea la adecuada. Pueden buscar asesoramiento y formación en entidades como la nuestra.

La clave para los/as jóvenes está en que la erótica no está basada en una receta o un manual. Se trata de un encuentro basado en los deseos y el placer, no en un listado de prácticas o en unos cuerpos concretos. Pueden encontrar información de calidad en internet, por ejemplo en la web http://www.centrojoven.org y reclamar que en sus centros se realice educación sexual, porque la educación sexual es un derecho, no una cuestión de suerte.

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